Las orugas para tolvas reducen la compactación del suelo gracias a su amplia superficie de apoyo (8,23 m²), evitando daños estructurales y mejorando el rendimiento futuro.
Mantienen la tracción en terrenos húmedos, evitando patinadas y retrasos.
Su diseño con movimiento lateral y pivotado longitudinal aporta estabilidad en pendientes y reduce el riesgo de vuelcos.
Además, disminuyen el desgaste prematuro de neumáticos, prolongando la vida útil del sistema y optimizando la inversión.